KALORAMA Madrid: Un festival para los amantes de cualquier género musical
Menos de un año más tarde de su estreno en Madrid, el festival Kalorama trajo su segunda edición en la capital española estos 20 y 21 de junio en el recinto Caja Mágica. Un festival que propone una gran cantidad de artistas de diferentes géneros musicales. De hecho, es esta gran diversidad lo que hace que el festival no sea de los más concurridos, ya que existe la posibilidad de que todavía no hayan encontrado a su target comercial.
A diferencia de su versión portuguesa, el MEO Kalorama, que cuenta con tres días de festival, la versión española ha optado por realizar solo dos jornadas, y por lo tanto, tener menos cantidad de artistas. Es así como nombres como Sevdaliza, Fka Twigs o Damiano David se han quedado fuera del cartel español, restando atractivo a la versión celebrada en Madrid con respecto a la de Lisboa.
Pese a todo esto, el festival ha cumplido con las expectativas, contando con unas increíbles actuaciones de la cantante británica Jorja Smith, quien deslumbró con su increíble voz acompañada de una gran banda, los Pet Shop Boys, que dejaron a todos cantando sus emblemáticos éxitos de pop electrónico y la rapera Azealia Banks quien consiguió que todos los asistentes saltasen al ritmo de sus vibrantes canciones. El cartel del festival no solo contaba con grandes estrellas, sino que también ha brindado la oportunidad a diferentes artistas emergentes del panorama español de traer sus propuestas al público.
Es así como el festival dió comienzo el viernes con los artistas nacionales Bloodstein, Irene Garry y La Plata. Pese a casi no tener público debido al calor que hacía a esas horas de la tarde, los artistas dieron lo mejor de sí. Cada uno con un sonido muy distinto, Bloodstein con su característico sonido pop-rock, Irene Garry con su dulce voz acompañada a la guitarra y La Plata con su estilo contaminado por el punk y el hardcore.
BADBADNOTGOOD fueron los primeros artistas internacionales en actuar en la edición de este año del festival. La banda canadiense se mostraba emocionada en su primera visita a la ciudad y conmocionaron a los asistentes con su sonido jazz y sus homenajes a los recientemente fallecidos Sly Stone y Roy Ayers ambos grandes inspiraciones para la banda.

La cantante británica, Jorja Smith, los seguiría, acompañada de su banda y su grupo de coristas, la cantante volvió a probar por qué es una de las mejores propuestas del R&B del panorama actual. Con sus clásicos Teenage Fantasy o Blue Lights consiguió mantener al público cantando en todo momento. Mientras que con otros temas más recientes de estilo garage como Little Things y The Way I Love you hicieron bailar a todos los asistentes, como si estuviesen en una discoteca. La artista también aprovechó su tiempo en el escenario para presentar una nueva canción, With You, con un estilo similar a las recientemente mencionadas. El único punto negativo de su performance fue el horario en el que fue situada, que perjudicó claramente al uso de la escenografía, que no se lució como tendría ya que todavía era de día.
A ella le seguiría el cantante norteamericano Father John Misty, con su peculiar e íntimo estilo indie y folk ofreció un espectáculo realmente emotivo con canciones como Mental Health o I Love You, Honeybear con la que cerró su set. The Flaming Lips por su parte contó con la actuación más dinámica y atractiva visualmente del día. Con globos gigantes, explosiones de confetti y sus divertidos muñecos hinchables. El grupo interpretó sus grandes hits de los 2000 mientras su cantante le pedía a los espectadores a gritos “keep screaming, we beg you, you gotta be loud and happy”. Su extravagancia, psicodelia y entusiasmo hicieron que hasta los que no conocían al grupo cayesen rendidos a sus pies.

Para finalizar tendríamos al grupo parisino L'impératrice y al catalán Alizz. Los franceses presentaron un precioso espectáculo pop con sonidos electrónicos perfecto para bailar y disfrutar a esas alturas de la noche, con unos visuales disco con pequeñas y ligeras luminancias que te dirigían la atención hacía cada uno de los miembros del grupo. Alizz, por su parte, ofreció una sólida actuación, cerrando el primer día del festival con canciones como Amanecer o El encuentro.
Mientras que el primer día fue un dominio completo de las bandas y la música en vivo, el segundo día estuvo repleto de presentaciones que decidieron apostar por las pistas de acompañamiento, pistas preexistentes utilizadas como base para los directos. El sábado arrancaría con la arriesgada propuesta de la rapera Laura Sam, que presentó un estilo diferente y peculiar sumado a una gran actitud y presencia escénica para iniciar la jornada. A ella le seguiría el grupo El Buen Hijo, que con su suave estilo indie invadieron el corazón de más de uno y el crudo sonido electrónico de PUTOCHINOMARICÓN, quien aprovecharía su plataforma no solo para presentar sus canciones sino también para transmitir comentarios políticos en contra de la violencia que se está viviendo actualmente en el mundo.
Por su parte María Arnal nos introdujo en su nuevo espectáculo Ama, que fusiona los sonidos tradicionales y folclóricos con los más electrónicos y el género pop. El espectáculo estuvo lleno de canciones nuevas destacando algunas como Xiqueta meua acompañada de un armonioso instrumento medieval o Pellizco. Tras ella actuarían el dúo Boy Harsher, que mezcla el synthwave industrial y el post-punk, el punto más destacado de esta actuación fue la delicada adaptación de la canción Wicked Game de Chris Isaak.
Aunque el calor fue el principal rasgo de este festival y parecía que no se iba a dar la misma situación de el año pasado donde la lluvía impidió la realización de diferentes sets, tras la actuación de estos últimos comenzó una breve tormenta que llevó a una evacuación momentánea del público a una parte cubierta. Este pequeño inconveniente hizo que se atrasasen casi una hora las actuaciones que faltaban, pero este año ninguna resultó cancelada. Es así como cuarenta y cinco minutos después de lo establecido en los horarios, saldrían al escenario los Pet Shop Boys. Bajo una escenografía minimalista que contaba con tan solo dos farolas y una pantalla, el grupo no dejó a nadie indiferente. El concierto fue una celebración de todos sus años en la industria musical, con canciones como Suburbia o It’s a Sin o su más que espléndida versión de You Were Always on My Mind. Fue así como, cualquier asistente, aunque no fuese fan del grupo, pudo disfrutar del concierto y cantar más de una canción del grupo.

La noche no finalizaría ahí, ya que a ellos les seguiría la rapera Azealia Banks, la polémica cantante dio un espectáculo muy divertido, pese a la ausencia total de decoración, solo acompañada por su DJ y un par de focos no le hizo falta nada más. La cantante abrió su set con la canción Salchichón, donde la cantante rapeó en español y dejó sorprendidos a todos. Sus introducciones a capella seguidas de sus potentes bases musicales mostraron la gran versatilidad y potencia vocal de la cantante que destacó con canciones como Luxury o The Big Big Beat, por no mencionar su más que conocido 212 que hizo gritar a todos los asistentes. El festival lo cerrarían Scissor Sister, que tras su descanso en 2012, han vuelto a los escenarios como grupo para celebrar los 20 años de su álbum debut.
El Kalorama cierra así su segunda edición en Madrid, como un festival que se encuentra bien encaminado, pero todavía se nota que falta un distintivo que haga que los asistentes lo elijan frente a los cientos de opciones que se encuentran a día de hoy disponibles en el país. La gran oferta de festivales hace que la competencia por llamar la atención del público sea feroz, por lo que tienen que traer ese toque único que haga que los elijan frente a otros.
También la falta de escenografía para los artistas nacionales es un punto negativo, no harían falta tampoco una pantalla o gastos desorbitados para tener una escenografía que te transmita más información sobre el artista que está en el escenario que una simple cortina negra. Por lo que, aunque obviamente es positivo que se traiga a artistas nacionales a presentar sus propuestas ante un público grande como el de un festival, la escenografía es una parte fundamental que no solo da atractivo a la canción, sino que define también al artista, da información que complementa a su música. La música y el arte visual están íntimamente ligados, y presentar una actuación sin ningún contenido visual es como presentar un disco sin ningún tipo de portada.
Al ser un festival sin solapamientos, podíamos observar al público ir de un escenario a otro continuamente y disfrutar de las presentaciones de todos los artistas, punto claramente positivo para el festival, ya que no tienes que elegir entre ver a unos artistas u otros y perderte algunas grandes actuaciones para vivir otras.








