En esta ocasión, este medio de comunicación no estaba acreditado para el festival Medusa pero, a todo el equipo le apetecía disfrutar de este festival por el pedazo de cartel que tenía. Fuimos como unos asistentes más a disfrutar del Medusa, sin tener que estar preocupados por el trabajo.
Dado todo lo que ha pasado y ya que tenemos esta web donde damos difusión sobre festivales, creemos conveniente contaros como fue según nuestra experiencia y haceros una reseña extra-oficial.
Nosotras llegamos el primer día de festival, el miércoles. Pocos días antes anunciaron los horarios de acreditación, el miércoles era de 10 a 22. En nuestro caso por lo menos nos pillaba un poco justas ya que salíamos del trabajo a las 16:30 y teníamos que conducir hasta allí desde Madrid, si es cierto que llegamos a tiempo y después vimos que acreditaban a algunas personas pasadas las 22:00, a nuestro parecer un horario un poco limitado.
El festival tenía una estricta política sobre la inserción de líquidos al camping: solo podrías introducir botellas de plástico o de cartón herméticamente cerradas y no podían ser bebidas alcohólicas.
Como opinión propia: nos parece una buena medida el no permitir el acceso de vidrios porque pueden causar incendios y si se rompen es más fácil que la gente se corte, como medida la entendíamos pero se contradecían cuando dentro del camping podías comprar el kit-festivalero y obviamente te vendían la botella de cristal.
En resumen, es un festival donde mayormente van jóvenes entre 18-25 años, gente con pocos ingresos y además de todo lo que ya han pagado de las entradas que no dejen acceder con un pack de 6 cervezas o con alcohol en botellas de plástico solo para poder sacar dinero en las barras del festival nos pareció muy fuerte. Entendemos el querer sacar beneficio pero es bastante obvio que la gente que va a ese festival van a beber, y en nuestra opinion, se preocuparon más de vigilar que la gente no bebiese y consumiese en el propio que festival que estar supervisando cosas más importantes, pero ya llegaremos a ese punto.
Otra de las cosas que nos llamó mucho la atención fueron los baños y las duchas: el camping era bastante grande y albergaba a más de 10.000 personas y solo contaban con un espacio de baños y duchas. Y si fuese poco, cerraban las duchas en algunos momentos del día.

Nuestra reflexión final es la siguiente:
la burbuja de los festivales tras el COVID-19 se ha masificado a una gran escala. Festivales como el Madrid Puro Reggaetón o Diversity Valencia cancelaron la misma semana que se iba a realizar el evento, dejando a miles de asistentes "en bragas". Hay que saber como hacer y gestionar un festival, ver cuales son tus limites y capacidades, tu presupuesto.
Muchos de los asistentes al Medusa que pudimos entrevistar de manera extra-oficial, declaraban que estaban cansados de que les sacasen dinero hasta por respirar: "El precio de las entradas y el camping no era barato de por si, pero el tener que pagar pre-parties, reaccesos, vasos y demás con todo lo que hemos gastado e invertido en este festival me parece abusivo" decía una asistente al festival. Para nosotros, tiene mucha razón.
No es fácil celebrar un festival, además que el Medusa tiene ya años de experiencia, pero tal y como hemos podido observar con este y más festivales, siendo uno de los sectores más afectados por la pandemia, han intentado por todos lados ahorrar y ganar más dinero, tanto que confirmaron por las noticias que "tuvieron que contratar a gente no cualificada" al final lo barato sale caro y en este caso un joven de 22 años tuvo que perder la vida.
El dinero y la fama esta empezando a cegar a este sector y el público está empezando a darse cuenta de ello, de ellos depende que un festival siga adelante. De nada sirve agradecer en un post de Instagram si luego se rien de ellos y les sacan hasta los colores.
Como hemos mencionado, esto ha sido una crónica extra-oficial y nuestra opinión. ¿Tú que opinas?