MEDUSA FESTIVAL 2022: 
El festival que acabó con la vida de un joven.

En esta ocasión, este medio de comunicación no estaba acreditado para el festival Medusa pero, a todo el equipo le apetecía disfrutar de este festival por el pedazo de cartel que tenía. Fuimos como unos asistentes más a disfrutar del Medusa, sin tener que estar preocupados por el trabajo.


Dado todo lo que ha pasado y ya que tenemos esta web donde damos difusión sobre festivales, creemos conveniente contaros como fue según nuestra experiencia y haceros una reseña extra-oficial.


Nosotras llegamos el primer día de festival, el miércoles. Pocos días antes anunciaron los horarios de acreditación, el miércoles era de 10 a 22. En nuestro caso por lo menos nos pillaba un poco justas ya que salíamos del trabajo a las 16:30 y teníamos que conducir hasta allí desde Madrid, si es cierto que llegamos a tiempo y después vimos que acreditaban a algunas personas pasadas las 22:00, a nuestro parecer un horario un poco limitado. 


El festival tenía una estricta política sobre la inserción de líquidos al camping: solo podrías introducir botellas de plástico o de cartón herméticamente cerradas y no podían ser bebidas alcohólicas.


Como opinión propia: nos parece una buena medida el no permitir el acceso de vidrios porque pueden causar incendios y si se rompen es más fácil que la gente se corte, como medida la entendíamos pero se contradecían cuando dentro del camping podías comprar el kit-festivalero y obviamente te vendían la botella de cristal. 


En resumen, es un festival donde mayormente van jóvenes entre 18-25 años, gente con pocos ingresos y además de todo lo que ya han pagado de las entradas que no dejen acceder con un pack de 6 cervezas o con alcohol en botellas de plástico solo para poder sacar dinero en las barras del festival nos pareció muy fuerte. Entendemos el querer sacar beneficio pero es bastante obvio que la gente que va a ese festival van a beber, y en nuestra opinion, se preocuparon más de vigilar que la gente no bebiese y consumiese en el propio que festival que estar supervisando cosas más importantes, pero ya llegaremos a ese punto. 



Otra de las cosas que nos llamó mucho la atención fueron los baños y las duchas: el camping era bastante grande y albergaba a más de 10.000 personas y solo contaban con un espacio de baños y duchas. Y si fuese poco, cerraban las duchas en algunos momentos del día.



A nuestro parecer una medida bastante indignante ya que te obligaban a tener que organizarte en función de sus horarios, ducharse no tendría que ser un privilegio en las condiciones encima que vive ahí la gente en el camping, en Valencia y a 35ºC. 

Respecto los conciertos, el festival se celebraba de miércoles a lunes, las dos primeras noches para poder disfrutar de los conciertos y sets de los DJs, tenías que pagar 10€ la noche y te incluía una consumición. Esta medida la están adoptando muchos festivales y nos parece abusiva, pero ya os lo explicaremos en la reflexión final.

Algo que el festival no te avisa en ningún momento es que si quieres consumir dentro (como puede ser la consumición que te incluyen las pre-parties) estás obligado a comprar un vaso oficial del festival, buena iniciativa para que no se consuma mucho plástico pero muy abusivo si no avisas previamente ya que el vaso te cuesta 4€. 

Llegado el viernes, el primer día fuerte del festival, empezaba a las 20:30 con Steve Aoki, desde ese set, empezó a caerse parte del escenario, por lo menos nosotros no nos dimos cuenta, si había viento era por rachas y lo agradecias que te llegase un poco de aire frio. Al haber tanta gente en un mismo espacio, no se notaban las ráfagas de viento muy fuertes.

Los organizadores del festival tampoco son tontos para poder sacar más dinero: si querías entrar y salir ilimitadamente el mismo día tenias que pagar 15€ al día o 30€ por los tres días. Además de colocar los artistas estratégicamente para poder asegurar que la mayoría de personas pagasen este suplemento. Colocando a grandes nombres como Steve Aoki o Timmy Trumpet en la primera sesión de las 20:30 obligándote a quedarte dentro del recinto hasta que acabase el festival o pagar.  

Si es cierto que el recinto impresiona, los escenarios y la decoración superaban nuestras expectativas. 

Sobre las 4 de la mañana ocurrió toda la tragedia, a nosotros en concreto nos pilló en el camping, fue algo que duró durante aproximadamente 3 minutos, un aire cálido que te quemaba, tiendas de campaña volando, todos los toldos que proporcionaron el festival se soltaron, meteorológicamente hablando vivimos un reventón cálido. Nos contaron que en el recinto inmediatamente desalojaron y todo el mundo se fue o al camping o al parking. 

Nosotros no sabíamos qué había pasado puesto que en el camping, a pesar de estar destrozado, no vimos a ningún herido.  Pero no tardó ni 20 minutos en correr la voz con que había muerto una persona. 

La música cortó de inmediato y lo único que escuchábamos durante 3 horas eran ambulancias y sirenas de policía, se te ponían los pelos de punta. 

Aquí entramos en el debate de: ¿es el festival responsable? ¿se podría haber previsto?

En el momento que pasó todo, vimos a gente que recogía sus cosas y se iban. A la mañana siguiente, todo el mundo en el camping recogió sus cosas aunque el festival aun no había dado ningún comunicado. Nosotros tampoco dudamos en recoger e irnos, nos parecía muy macabro que se siguiese celebrando y nosotros no íbamos a ser participes de ello.  

Nuestra reflexión final es la siguiente:

la burbuja de los festivales tras el COVID-19 se ha masificado a una gran escala. Festivales como el Madrid Puro Reggaetón o Diversity Valencia cancelaron la misma semana que se iba a realizar el evento, dejando a miles de asistentes "en bragas". Hay que saber como hacer y gestionar un festival, ver cuales son tus limites y capacidades, tu presupuesto.


Muchos de los asistentes al Medusa que pudimos entrevistar de manera extra-oficial, declaraban que estaban cansados de que les sacasen dinero hasta por respirar: "El precio de las entradas y el camping no era barato de por si, pero el tener que pagar pre-parties, reaccesos, vasos y demás con todo lo que hemos gastado e invertido en este festival me parece abusivo" decía una asistente al festival.  Para nosotros, tiene mucha razón.


No es fácil celebrar un festival, además que el Medusa tiene ya años de experiencia, pero tal y como hemos podido observar con este y más festivales, siendo uno de los sectores más afectados por la pandemia, han intentado por todos lados ahorrar y ganar más dinero, tanto que confirmaron por las noticias que "tuvieron que contratar a gente no cualificada" al final lo barato sale caro y en este caso un joven de 22 años tuvo que perder la vida.


El dinero y la fama esta empezando a cegar a este sector y el público está empezando a darse cuenta de ello, de ellos depende que un festival siga adelante. De nada sirve agradecer en un post de Instagram si luego se rien de ellos y les sacan hasta los colores.


Como hemos mencionado, esto ha sido una crónica extra-oficial y nuestra opinión. ¿Tú que opinas?